A principios de marzo de 2020, visité la Huerta Cuatro Milpas, dedicada al cultivo de tomate en Ocozoncautla, Chiapas. El productor nos había solicitado apoyo para corregir algunos problemas de nutrición en su finca.

 Al recorrer la plantación, observamos un crecimiento excesivo de la planta en una primera etapa debido a un uso indiscriminado de nitrógeno amoniacal en la fertilización base (18-46-0 y 12-11-18 mezclado), a lo que se sumaban aplicaciones de materia orgánica.

El agua empleada para el riego contenía altos niveles de sodio y cloro. Las conductividades Eléctricas (CE) estaban entre 2.5 y 3 dSm^-1, con mediciones en suelo de 2.4-2.5 dSm^-1– lo que podía redundar en un rendimiento menor al esperado.

Se revisó detalladamente lo realizado por el productor. Para el caso del exceso de nitrógeno se recomendó aumentar los niveles de potasio y así frenar el crecimiento, volviendo a la planta más Generativa. Como estaba en la etapa de 45 días, y con bajas temperaturas en la zona, esto ayudaría a dar resistencia a la planta.

No era posible realizar aplicaciones de Yeso Agrícola al suelo para abordar la salinidad pues la plantación estaba establecida. Se recomendó hacer inyecciones de nitratos a concentraciones entre 5 y 10 Mmoles, para lograr concentraciones de nitrógenos entre 70-140 gr N.^m-3) y de calcio entre 5-10 Mmol (200-400 gr de Ca m^-3.

Empleando Ultrasol SOP, Ultrasol MKP, Ultrasol NKS y Calcinit, se logró equilibrar la planta permitiendo trabajar con CE aceptables. A los 65 días, se inició la cosecha para gran satisfacción del productor.

Una lección que nos deja este caso- aplicable en otras zonas y países con similar problema- es que la inyección de nitrato potasio y calcio en la solución puede disminuir la absorción de Na y Cl, por la planta. Esta disminución se observó en los análisis foliares realizados posteriormente por el productor. Por último, se puede trabajar con CE en esta etapa de 1.7-2.1 y obtener buenos resultados en tomates cultivados en suelo.